ACTUALIDAD PARA CONSTRUCTORES

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Oportunidades de la economía naranja para la arquitectura

La arquitectura como disciplina está llamada a entrar en la dinámica de la economía naranja para beneficiarse de ella y promover infraestructuras que faciliten la creatividad, la sostenibilidad y el intercambio de conocimiento.

La economía naranja, también conocida como economía creativa, se refiere a todas las industrias culturales o creativas que tienen su origen en la habilidad y el talento individual, a su vez, son las que crean riquezas a través de la generación o explotación de la propiedad intelectual. Se le llama economía naranja porque este es un color que suele asociarse con la cultura, la creatividad y la identidad.

De acuerdo con John Howkins, autor de “La economía creativa: transforma una idea en beneficios”, está conformada por la arquitectura, las artes visuales, las artes escénicas, las artesanías, el cine, el diseño, la investigación y desarrollo, los juegos, los juguetes, la moda, la música, la publicidad, el software, la televisión, la radio y los videojuegos.

Por su parte, Felipe Buitrago e Iván Duque, autores de “La economía naranja. Una oportunidad infinita”, agregan a este listado el patrimonio ancestral, es decir, los festivales y carnavales, la gastronomía, los museos, las galerías, las bibliotecas, los sitios arqueológicos y los centros históricos.

Ahora, para que estas industrias culturales sean realmente sostenibles y generadoras de riqueza es necesario que se renueven e innoven constantemente, pero esta innovación debe tener como eje una amplia colaboración entre los desarrolladores de ideas y a su vez, la interacción con el usuario final, lo cual representa un cambio en la relación que se establece con los socios, los clientes y el entorno en general, por eso se establece que entre mayor sea la conexión entre actores, se logrará un mejor resultado.

En Colombia la economía naranja aporta entre el 3,3 y el 3,4% del PIB anual y general alrededor de 800 mil empleos directos e indirectos, según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual.

Oportunidades para la arquitectura

1. Dado que en la economía naranja es clave el acceso que se tenga a los diferentes bienes y servicios culturales, desde la arquitectura se puede potenciar todo tipo de infraestructura que facilite la conectividad para el intercambio con estos, es decir, reinventar y enriquecer espacios como plazas, parques, estadios, coliseos, teatros y demás con intervenciones artísticas y creativas.

Se trata de ir más allá de lo convencional y proveerlos de las herramientas necesarias para que las conexiones que se den entre artistas y consumidores sean verdaderos encuentros culturales.

2. En el marco de la economía naranja, los arquitectos también están llamados a desarrollar ideas que sean amigables y sostenibles con el medio ambiente, esto es, que las infraestructuras culturales sean pensadas en términos de aprovechamiento eficiente de los recursos, lo cual generará amplias utilidades y beneficios para el sector.

3. Se debe ver en la conservación, preservación y restauración de edificios patrimoniales una gran oportunidad, pues estos son portadores de la cultura e identidad de un territorio y en la medida que estén vigentes y en buen estado, no perderán su importancia y se mantendrá la conexión que se genera entre estos y los consumidores.

4. El coworking, el teletrabajo y el freelance son modalidades de trabajo típicas de esta economía. Los arquitectos tienen grandes posibilidades en la creación de espacios y mobiliario que favorezcan estos tipos de empleo.

Para aprovechar estas oportunidades y las demás que trae la economía naranja, como lo explican Buitrago y Duque en su libro, “se necesitarán las mentes más creativas, las mejores ideas y los visionarios más osados”.

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