Últimamente hemos escuchado mucho sobre la sostenibilidad, la importancia de medirnos y de comunicar lo que hacemos en materia ASG (Ambiental, Social y de Gobierno). Sin embargo, el llamado a definir indicadores, medirlos y gestionarlos, puede ser desgastante y es normal que a veces surja la pregunta: ¿vale la pena todo este trabajo?
La respuesta lógica es sí, claro que vale la pena gestionarlo en la medida que el cuidado del planeta, el desarrollo de las personas y la rentabilidad del negocio son fundamentales, pero además de esto, cabe destacar que hoy la sostenibilidad y la gestión ASG nos habilitan para acceder a beneficios financieros.
Dado el auge de la sostenibilidad en el mundo, ahora las compañías tienen la posibilidad de financiarse a través de créditos atados a criterios Ambientales, Sociales y de Gobierno (ASG). La gestión de estos las habilita para acceder a productos financieros con mejores condiciones que generan valor, tanto económico como no económico, para la organización.
Algunos de los beneficios que brinda esta financiación son:
- De tipo reputacional, al evidenciar el compromiso de la compañía con diferentes dimensiones de la sostenibilidad.
- Muestra del compromiso y alineación al interior de la corporación, al sincronizar indicadores y metas ASG con la toma de decisiones financieras y no financieras que serán auditadas periódicamente por el sistema financiero y de capitales.
- Flexibilidad financiera, al tener acceso a fondos que se dedican a proyectos y empresas comprometidas con su mejora en materia ASG.
- Menos intereses, ya que al cumplir con el desempeño definido se conceden descuentos en las tasas de interés.