La energía embebida es la energía total consumida en la construcción de un proyecto. Esta incluye la energía empleada en la fabricación de los materiales, el transporte de estos y la utilizada por la maquinaria durante la ejecución de la obra.
También se conoce como energía gris y es el parámetro más utilizado para calcular las emisiones de CO2 generadas en el desarrollo completo de la obra. La energía es medida en julios, watts o BTU’s y se calcula sumando la energía embebida de todos los materiales utilizados más la consumida durante el proceso de construcción.
Hablar de disminución de consumo energético de un edificio no es suficiente para definirlo como un edificio sostenible, pues estaríamos considerando únicamente su etapa de uso y no su ciclo de vida completo. De nada sirve construir un edificio que no consume energía, pero que fue construido con materiales de alta energía embebida, finalmente el impacto ambiental no disminuiría.
Esta premisa debe tenerse en cuenta desde la fase de diseño, garantizando además disminución en el consumo de agua, el uso de combustibles fósiles y la generación de residuos.
Seguir estos tres criterios ayudarán a controlar la energía embebida total de un proyecto:
- Usar materiales locales: minimiza las necesidades de transporte y garantiza una mejor adecuación al entorno natural.
- Reducir los procesos de transporte: seleccionar medios que usen combustibles no fósiles y optimizar los procesos de transporte de material.
- Seleccionar materiales de baja energía embebida: usar materiales que hagan un uso mínimo de energía para su extracción, producción, transformación y desecho, esto disminuye la generación de emisiones a la atmósfera.
En Europa, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda, se han realizado mediciones del consumo de energía de los materiales de construcción y han concluido que los metales como el cobre y el aluminio son los materiales que más consumo energético representan. Otros, como el concreto y los ladrillos, se encuentran en el grupo de menor consumo.
Sin embargo, es importante revisar la relación del índice de energía embebida del material versus la cantidad usada de éste en la obra. Es decir, aunque usemos materiales de poco consumo energético, si requerimos grandes cantidades de éstos, terminarán por impactar negativamente el índice total.
También se ha concluido que en términos de gasto energético, es más rentable construir sobre edificaciones preexistentes que construir desde cero. Se estima que así, se podría ahorrar hasta un 60% de la energía empleada en un proceso de construcción.
Existen herramientas para calcular de manera certera el gasto total de energía. e2CO2cero permite hallar la cantidad de energía consumida y la huella de carbono de la obra.
La herramienta permite hacer el cálculo desde las fases iniciales, generando insumos para adoptar medidas preventivas que garanticen una construcción sostenible y responsable con el medio ambiente.
Materiales con mayor energía embebida:
- Pisos de vinilo
- Pinturas con base en agua
- Aluminio
- Caucho sintético
- Acero estructural
- Zinc
- Cobre
Materiales con menor energía embebida:
- Paja
- Arena
- Adobe
- Ladrillo cerámico
- Concreto
- Poliestireno expandido
- Asfalto