FERRETEROS

Practica deporte en familia

¿Quieres aprovechar el tiempo con tus seres queridos y beneficiarte en todos los sentidos? Anímate a hacer ejercicio con tus hijos y con tu pareja. Este es un excelente plan para cualquier momento.

Un rato entre semana, por la mañana durante los fines de semana y en las vacaciones, compartir un deporte con las personas con las que convives es una disciplina que favorece cuerpo y mente, te relaja, te ayuda a vivir de una manera más positiva y a afrontar los retos laborales que tiene la rutina diaria.

Lo primero es que tú tengas la costumbre de hacer deporte, pues este es el mejor ejemplo para motivar a tus hijos a incluirlo en sus costumbres.

¿Qué ganas?

  • Al hacer deporte en familia puedes educar a tus hijos, inculcarles disciplina, respeto, competitividad, resiliencia y positivismo.
  • Estrechas vínculos afectivos con ellos, conoces sus fortalezas y debilidades, y los apoyas en sus retos y desafíos.
  • Fortaleces todos los sistemas del cuerpo y te mantienes en buena condición física.
  • Propicias otros espacios de encuentro, disfrute y socialización con otras personas.
  • Refuerzas el aspecto psicológico de los menores, les brindas seguridad y les enseñas a comportarse en diferentes situaciones de la vida.

¿Cuál escoger?

En realidad, cualquier ejercicio es provechoso, pues te activa y te mantiene alerta para afrontar los retos que se presentan en el mundo laboral y personal, y les ayuda a tus hijos en el descubrimiento de nuevas cosas para sus vidas.

Las alternativas para compartir el ejercicio son numerosas. Es importante que tengas en cuenta que, al comienzo, se debe privilegiar el aspecto lúdico por encima del competitivo. Con el paso del tiempo podrás apreciar cuál deporte les gusta más y en cuál se desempeñan mejor.

  • Natación: desde temprana edad se recomienda enseñarles a nadar a los hijos. Los pequeños gozan en el agua como pocos.
  • Ciclismo: familiarizarlos con este vehículo es muy fácil. Desde que están pequeños puedes llevarlos en tu bici con sillita atrás o en un remolque; más adelante, puedes incentivar su equilibrio con bicicletas de arrastre y derivar en las de dos ruedas. Nada se compara con la libertad que da pedalear en busca de nuevas rutas.
  •  Yoga: por muy pasiva que parezca esta actividad, es exigente y potencia el estado físico y mental de una forma tal que pocas prácticas se comparan. Desde muy pequeños, los niños pueden ser introducidos al yoga, para trabajar el equilibrio, la flexibilidad, además de la concentración y la relajación. Estos beneficios también los aprovechan los mayores.

Otras actividades físicas para compartir con los más pequeños son los saltos en trampolín, correr, saltar lazo o simplemente caminar al aire libre.

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