La estereotilografía, hoy conocida como impresión 3D, fue inventada por el ingeniero norteamericano Chuck Hull en 1986. Esta tecnología permite crear todo tipo de piezas en poco tiempo y con poca mano de obra sin necesidad moldes.
Áreas como la medicina, las artes plásticas, el diseño, la gastronomía, la industria textil, entre otras, la han utilizado para fabricar diferentes objetos que ofrecen soluciones a importantes problemas del ser humano, por ejemplo, prótesis.
En el campo de la construcción su uso es más reciente y comenzó a partir de los avances en mezclas de concreto y equipos de impresión más avanzados que han desarrollado diferentes universidades y empresas privadas, principalmente europeas y chinas. Actualmente es posible imprimir piezas prefabricadas para ser utilizadas en viviendas o en estructuras más grandes como edificios.
Ventajas del uso de esta tecnología en la construcción
- Genera ahorros en material, tiempo y mano de obra.
- Es sostenible porque al desperdiciarse menos material, se producen menos emisiones al ambiente.
- Permite fabricar diseños personalizados.
Tres casos de éxito
- Utilizando una impresora 3D que crea paneles prefabricados que se encajan en el piso, la empresa china Winsun construyó diez casas en menos de 24 horas. También, en el 2015 construyó un edificio de cinco pisos con esta tecnología.
- En Italia, la Universidad de Nápoles y la empresa tecnológica WASP crearon un soporte o viga de concreto que es utilizado en diferentes proyectos de construcción. Este elemento se imprime en piezas individuales y cuando están duras, se refuerzan en la parte externa con barras de acero.
- Baumax, empresa chilena, también utiliza una impresora 3D para construir en un solo día casas de concreto por bloques prefabricados. Se ha convertido en una excelente opción para construcciones post desastres naturales porque son definitivas, de calidad y rápidas de instalar.