ACTUALIDAD PARA CONSTRUCTORES

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¿Cómo prevenir los retrasos en las obras?

Si tienes a cargo un proyecto de construcción sabrás que uno de los aspectos más exigentes para su éxito es la entrega a tiempo y sin sobrecostos. En este artículo compartimos algunas recomendaciones para prevenir los retrasos en las obras.
Una obra involucra diferentes trabajos, materiales y oficios, independiente de cual sea su naturaleza o finalidad. Puede tratarse de una remodelación, una demolición o una construcción desde cero, siempre serán varios los actores y factores que confluyan para hacerla posible. Los retrasos, es decir, todos aquellos eventos que originan una extensión en el tiempo requerido para la terminación de una obra, se van a ver reflejados como días adicionales de trabajo o como el inicio tardío de algún proceso y pueden ocasionar cambios en el alcance del contrato. En algunas ocasiones, estos percances también implican un aumento en la inversión económica y en la cantidad de recursos materiales empleados, modificando además del cronograma, los costos totales del proyecto con respecto a los presupuestados. Conocer cómo evitar estos retrasos es fundamental si queremos lograr efectividad en el alcance global del proyecto.

Así puedes prevenir los retrasos en tus obras

1. Realiza una buena planeación: poder coordinar cada uno de los trabajos que conlleva una obra y que todo salga según lo planeado no es tan fácil, por eso, desde el primer momento debes procurar tener orden y no escatimar ni tiempo ni esfuerzo mientras planeas el proyecto porque si hay precipitación o apuro por empezar sin tener claridad de todos los detalles, hay más posibilidades de que te encuentres con sorpresas como costos extra o cambios en el cronograma.

Una adecuada planeación, ejecución y cumplimiento de las normas permiten que los recursos sean utilizados de forma eficiente, de esta forma, todas las partes involucradas pueden asumir sus obligaciones correctamente y actuar con honestidad y transparencia.

Si bien la planificación es el paso inicial para todo, no es el único para lograr obras sin retrasos.

2. Haz seguimiento: si haces una buena planeación del proyecto, pero no haces un seguimiento que te permita detectar a tiempo posibles incidencias, es probable que se presenten los temidos retrasos. Para evitarlos, debes tener en cuenta cada una de las etapas y requisitos infaltables como trámites, permisos y consecución de licencias, así mismo, debes hacer un correcto desglose en el que incluyas los tiempos normales de respuesta a cada uno de estos, pues así no solo garantizas eficacia sino también legalidad.

Recuerda que cuanto mayor sea la claridad en los estudios y los diseños previos, se generarán menos situaciones imprevistas en las obras, y por ende, tanto los presupuestos como los cronogramas que se elaboran como soporte y mapa de ruta no se verán excedidos ni muy modificados.

3. Ejecuta: en esta etapa puedes comprobar qué tan acertada fue la planeación que realizaste, además, verificar la sinergia operativa entre todos los actores y factores.

En la ejecución de algunos contratos pueden presentarse diferentes inconvenientes que acarrean aspectos sociales, ambientales, culturales y de planeación, que muchas veces ocasionan que los contratos no se terminen en el tiempo estipulado, es decir, generan retrasos en los proyectos.

Por otro lado, es importante tener claridad sobre los recursos humanos necesarios, conocer quiénes conforman los equipos y las cuadrillas responsables de cada labor y cuáles son los jefes, los coordinadores y las cabezas de cada uno para poder disponer adecuadamente de los materiales, máquinas y herramientas fundamentales para la realización del trabajo.

En esta fase de los proyectos de construcción es donde tienes que ser más cuidadoso y estricto con el cumplimiento y aplicación de la normativa, especialmente con lo que dicta la ley en materia de seguridad y salud.

Adicional, como integrar los esfuerzos de todos los agentes que intervienen no es tan sencillo en la práctica, esta también es la etapa destinada a hacer los ajustes que se precisen para cumplir con los cronogramas y con las expectativas del cliente, por eso, ten siempre presente que la organización y el control constante son la clave para evitar cambios y variaciones en la obra.

4. Entrega y evalúa: algunos proyectos en construcción no terminan con la entrega al cliente, sino que, en varias ocasiones, se deben continuar prestando servicios como la gestión de instalaciones, mantenimiento u operaciones en planta, y por supuesto, debe hacerse con la misma calidad de todas las etapas anteriores.

Si todos los trabajos que conforman el proyecto se han ejecutado correctamente, se puede decir que ha sido exitoso. Una vez terminado, es importante que evalúes los rendimientos finales para que establezcas mejoras que pueden ser aplicables en obras futuras.

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