ACTUALIDAD PARA CONSTRUCTORES

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Cómo delegar tareas a residentes y maestros de obra

Saber delegar las diferentes tareas que surgen en una obra de acuerdo a las capacidades del personal es básico para poder cumplir con los plazos de entrega. A continuación algunos consejos para aprender a hacerlo en la justa medida, sin caer en excesos o ausencias.
Dentro de las múltiples responsabilidades que adquiere un director de obra al asumir su cargo, se encuentra la de cumplir a cabalidad con los cronogramas establecidos para llevarla a cabo. Evitar retrasos y optimizar los recursos humanos y materiales son parte de las claves para lograrlo, pero esto solo es posible si cuenta con la capacidad de delegar tareas puntuales a las personas correctas. Delegar es una buena manera de liderar pues es la mejor forma de crear autonomía en los equipos y porque, por más preparación que se tenga, el tiempo y la capacidad de cada persona es limitado y no se puede pretender abarcar la totalidad de las labores que involucra a todo un equipo de construcción. Para hacerlo de una manera correcta, se sugiere tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

1. Vencer el temor

Al momento de dirigir y entregar tareas al personal, se puede sentir temor a parecer impositivo o severo, pero con una comunicación clara y cercana, estos miedos pueden superarse. Aunque a veces no hay mucho tiempo de conocer y vincularse previamente con todos los trabajadores al momento de comenzar una obra, se puede ir desarrollando un vínculo basado en la confianza y fortalecerlo con el tiempo y el desarrollo del proyecto.

2. Conocer las tareas y las capacidades

Entender a fondo qué se debe hacer, las tareas específicas que componen los objetivos y el tiempo destinado para cada una de ellas es lo primero que se debe tener en cuenta para no sobrecargar a ningún miembro del equipo. Ir conociendo y perfilando las capacidades de cada uno de los involucrados será la mejor manera de asignar otras tareas con el paso del tiempo.

3. Decir qué hacer y orientar sobre cómo hacerlo pero con autonomía

Se debe confiar en el conocimiento y en la calidad del trabajo del personal, entendiendo que si ocupan un lugar en el equipo conformado para el proyecto es porque cuentan con las facultades necesarias para cumplir con compromiso sus tareas. Respetar la manera particular de trabajar que tiene cada miembro del equipo una vez asignada la tarea es básico para que sientan que tienen libertad y autonomía sobre sus propias funciones.

4. Realizar seguimientos periódicos

Delegar no es desconectarse de los procesos, se debe hacer un seguimiento de las labores asignadas para poder estar al tanto de cómo avanza el cumplimiento de las tareas y los posibles impedimentos que se presentan. Además, esto permite que haya un acompañamiento prudente a los miembros del equipo.

5. Reconocer los logros

Es claro que todos los miembros del equipo deben cumplir con las tareas asignadas y que hace parte de la responsabilidad de cada uno llevarlas a cabo, pero no por eso se debe dejar de dar crédito y reconocimiento cuando un buen trabajo es evidente y se da más de lo esperado. Agradecer, destacar cualidades y felicitar a quienes han dado lo mejor en su labor es una muy buena motivación para las personas y los equipos en general.

6. Escuchar al equipo

Tener una retroalimentación sana sobre el rol que se cumple como director de la obra también hace parte de la correcta comunicación y del fortalecimiento de las relaciones dentro de los equipos de las obras. Es clave abrir espacios para escuchar las sugerencias y comentarios de los trabajadores si se quiere fortalecer el papel de líder con cada proyecto trabajado.

La seguridad del personal siempre será lo más importante, más allá de los objetivos que deban cumplirse.

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