Si bien cada vez aumentan las personas que logran identificar el cemento del concreto, todavía hay conceptos que deben explicarse, sobre todo si eres de los que deseas aprender técnicas y habilidades constructivas para tu beneficio personal o profesional.
Uno de esos términos que se escuchan frecuentemente, pero que a veces no hay claridad sobre su significado y los usos que tiene, es el mortero. Este material, que, algunos creen que también es concreto, en realidad tiene una composición muy definida, que es un tanto similar a la del concreto.
Pues, por su parte, el mortero es el resultado de la mezcla de 3 componentes esenciales: cemento, arena y agua. Mientras que el concreto, aunque también contiene estos recursos, cuenta con las gravas, que son un tipo de agregado grueso, que le dan la estructura y refuerzan su resistencia.
Ahora bien, las diferencias más destacadas entre estos materiales corresponden a sus efectos y a sus múltiples usos y aplicaciones. Ya que, como generalmente se conoce, el concreto se usa para construir viviendas y edificaciones que sean sólidas y perduren en el tiempo. En cambio, con el mortero se puede nivelar, rellenar o adherir paredes, pisos y diversas estructuras.
No obstante, pese a que las diferencias son evidentes, ambos tienen un elemento en común: tienen diversos tipos y deben curarse. El concreto posee muchos, pero nos centraremos en las 13 clases principales, cada una desarrollada para cumplir especificaciones y necesidades constructivas diferentes. Y el mortero, por su lado, igualmente presenta variaciones de acuerdo a la acción que se va a realizar.
Ahora que ya sabes cuáles son las principales diferencias entre el cemento y el concreto, la próxima vez que escuches que los mencionan, podrás opinar sin miedo a equivocarte. Y si vas a hacer alguna construcción o reparación, elegirás los materiales adecuados.